Jaque al periodismo

Un mes después del alabado rescate, RCN pasa en exclusiva, el video de la operación Jaque.

Fueron dos horas de entretenimiento. Una operación militar, fruto del más elevado grado de inteligencia, rebajada a una parodia de la guerra de las galaxias.

La musicalización fue completamente errada. Melodías sacadas de una película épica, acompasadas con el despegue de los helicópteros.

Por momentos, el espectador podía sentirse en una película de bajo presupuesto, con concepciones estéticas fallidas.

Sin embargo, la emisión se acercó a un programa de propaganda con frases finales grabadas en off, de apología al presidente Uribe y a las fuerzas militares. Es claro que es un triunfo; punto para el gobierno. No obstante, es de sumo cuidado dividir las visiones entre buenos y malos, o mostrar al gobierno encabezado por la hormiga trabajadora como único salvador de la patria. Hasta ahora los de corbata no mueren por ella. Los soldados y policías sí.

Ahora bien, desde un punto de vista periodístico, los textos carecían de fuerza y hubo demasiados problemas en la edición. Es cierto que es un video grabado con el menor número de herramientas, que hay momentos intensos como el descenso de alias Gafas y alias Cesar, gozando del sedante. Pero, por ejemplo, no se preocuparon por cubrir bien los rostros de quienes participaron en la operación. ¿Sería una falla por la rapidez? Algo así como ir contra reloj para que nos los chiveen.

En otra instancia, además del broche de oro cursi y traido de los cabellos, el programa concluyó con el arrastre suficiente -eso nos lo dirá el rating- para continuar con un debate moderado por Clara Elvira Ospina. Ella se presentó más sonriente que nunca, la voz la temblaba de la emoción. Sería oportuno saber si la emoción se produjo por el conmovedor rescate o por la chiva anotada.

Este último apunte, lleva a pensar en que si bien hace un mes las imagenes en vivo y en directo fueron conmovedoras; hoy, un mes después ya no lo son tanto. Las lágrimas ya no brotan y el corazón no palpita de ansiedad. Varias razones pueden exponerse: que Ingrid "estrella del rescate", como la voz en off lo aseveró, saturó nuestros sentidos, a tal grado que ya no nos impresiona. O quizás nos hemos vueltos indolentes ante la derrota, pero también ante los triunfos y las batallas ganadas.