miércoles, 22 de octubre de 2008

... el tuerto es rey


A Nicolas Sarkozy se le quiere y se le odia. En las conversaciones corrientes siempre hay alguna burla cuendo se le evoca. Siempre hay alguna crítica contra el jefe de estado y los borrachos gritan obscenidades a su señora madre en lugares públicos.
Todos parecen odiarlo y desaprobar su mandato. Sin embargo, este es su segundo periodo en el cargo y tiene 50% de popularidad según la últimas encuestas. Y ese porcentaje en un país como este es demasiado.
Claro, a Sarkozy no se le pueden reprochar sino su numerosos viajes de crisis financiera, su voluntad por renovar el capitalismo a todo precio y su esposa-cantante. Aunque la señora Bruni-Sarkozy es mejor figura que la anterior primera dama, Cecilia, tanto en elegancia como en aire fresco en el Palacio del Eliseo.

Ahora que los bancos pierden dinero y otros crecen englutiendo a las sociedades contrincantes, el presidente está más presente que nunca. Aparece en todos los diarios, no una sino hasta cinco veces en fotografías, en artículos de toda índole. Es el símbolo de la Unión Europea y puede ser contrincante de De Gaulle.
Ciertamente, Sarkozy está haciendo su trabajo como político y asegurando su futuro. En 2014, deja su puesto, pero el mundo en profunda crisis siempre necesitará de mandatarios y hombres como él.

Para ese entonces, ya no solo será un simbolo sino que tendrá el espacio suficiente para asumir su etiqueta de figura de la vida pública o people como dicen aquí. Porque a los franceses les interesa saber, más allá de que prohiban la publicidad en los canales públicos de televisión, qué palabras dulces se dicen al oido el presidente y su esposa.
Les interesa conocer dónde va a dormir el labrador que les regaló el Quebec. Cuestiones simples, mediocres, que los padres de La ilustración aborrecerían.

Este no es un país de solo intelectuales. Aqui, donde la press magazine es la que más trabajos crea, las informaciones light están a la orden del día y los chismes dan de comer a los pudientes del cantón XVI.

Mientras los jóvenes suicidas en las prisiones sólo son hechos diversos, algo más para judicial, los estereotipos existen y caminan por Paris. Están en las terrazas de los cafés, en las tiendas comprando desaforados y haciéndose preguntas... ¿En Colombia usan sacos cuello tortuga?

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