
Mes de las brujas, semana de los espantos en Colombia. El caso de las ejecuciones extrajudiciales ilustra de manera alarmante cómo el país se está llenando de fantasmas.
Nuestro reconocimiento como espantadores profesionales de la ley y la verdad está en expansión. Ha llegado hasta Croacia, donde los medios dicen que ya casi nos alcanzan. ¿En qué sentido? Croacia, país mediterráneo pero igualmente perturbado, ahora conoce lo que es el flagelo de los carteles y el crimen.
Zagreb se está convirtiendo en la Medellín europea de los 80 y 90. Los mafiosos están lavando su dinero mal habido y están tejiendo las amistades necesarias con los políticos convenientes. De esta manera es más fácil que si algún corrupto pasa un tiempo en la cárcel, pueda salir triunfante y evitar penas de 24 años.
¿Parecido a Colombia?
La semejanza y cercanía inflingen más terror. En 2001, uno de los grandes capos fue asesinado por un "legionario extranjero" según dice el Courrier International de esta semana. La última vez que fue visto el autor intelectual del asesinato fue en Colombia. Quizás fue en época de brujas.
Pero los croatas más que copiar nuestro modelo de enriquecimiento y funcionamiento político, también han decidido exportarlo a sus vecinos. Serbios y bosnios son los grandes beneficiarios.
El aquelarre ya tiene su lista de invitados: el poder judicial llegó de último pero logró entrar. Los medios, por supuesto, llevan su parte. El pasado 23 de octubre, el periodista Ivo Pukanic y el director de marketing del diario Nacional de Zagreb fueron silenciados y puestos bajo tierra.
La celebración está a punto. Aunque la Unión Europea podría servir de buena bruja y contrahechizarlos, impidiendo su entrada al renombrado club.
Está por verse. Por ahora, 27 militares ya no tendrán que disfrazarse de hombres de ley. Ya pueden mostrar sus verdaderas caras o por precaución conseguirse una máscara de "todo-fue-a-mis-espaldas". Claro, un poco pasada de moda.
Sin embargo,
Nuestro reconocimiento como espantadores profesionales de la ley y la verdad está en expansión. Ha llegado hasta Croacia, donde los medios dicen que ya casi nos alcanzan. ¿En qué sentido? Croacia, país mediterráneo pero igualmente perturbado, ahora conoce lo que es el flagelo de los carteles y el crimen.
Zagreb se está convirtiendo en la Medellín europea de los 80 y 90. Los mafiosos están lavando su dinero mal habido y están tejiendo las amistades necesarias con los políticos convenientes. De esta manera es más fácil que si algún corrupto pasa un tiempo en la cárcel, pueda salir triunfante y evitar penas de 24 años.
¿Parecido a Colombia?
La semejanza y cercanía inflingen más terror. En 2001, uno de los grandes capos fue asesinado por un "legionario extranjero" según dice el Courrier International de esta semana. La última vez que fue visto el autor intelectual del asesinato fue en Colombia. Quizás fue en época de brujas.
Pero los croatas más que copiar nuestro modelo de enriquecimiento y funcionamiento político, también han decidido exportarlo a sus vecinos. Serbios y bosnios son los grandes beneficiarios.
El aquelarre ya tiene su lista de invitados: el poder judicial llegó de último pero logró entrar. Los medios, por supuesto, llevan su parte. El pasado 23 de octubre, el periodista Ivo Pukanic y el director de marketing del diario Nacional de Zagreb fueron silenciados y puestos bajo tierra.
La celebración está a punto. Aunque la Unión Europea podría servir de buena bruja y contrahechizarlos, impidiendo su entrada al renombrado club.
Está por verse. Por ahora, 27 militares ya no tendrán que disfrazarse de hombres de ley. Ya pueden mostrar sus verdaderas caras o por precaución conseguirse una máscara de "todo-fue-a-mis-espaldas". Claro, un poco pasada de moda.
Sin embargo,
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