A Irene ya se le había hecho tarde y no le quedaban más monedas para el teléfono. Había marcado con una insistencia feroz. Pero nadie le contestó. Abrió la puerta de la cabina y se envolvió en su abrigo de lana.
Una capa blanca cubría la ciudad en las primeras horas de la mañana. Poco a poco se apagaban las luces de los edificios para dar paso al bullicio de la jornada laboral. Irene tomó el primer bus que vio, le pagó al chofer. Se dijo que un paseo corto le podría cambiar las ideas mirando por la ventana y al mismo tiempo la protegería del frio. Sólo regresando de sus pensamientos se dio cuenta de que el bus iba lleno y que su paseo sería de pie.
Se le aguaron los ojos. ¡Hacía tanto que nada le salía bien! Llevaba años de frustraciones acumuladas, de promesas que cada mes se hacía para darle un giro a su vida, para respirar un nuevo aire, para hacer aquello que había soñado. Aunque siempre en vano.
Su trabajo la agotaba. Llevaba más de seis meses sirviendo comida rapida, dando su mejor sonrisa a cada cliente y tratando de ocultar las nauseas que le provocaba cada plato. Quizás con el tiempo, ahorrando e imponiéndose metas claras podría mejorar la situación. Pero no, estaba desesperada, ¿cuánto tiempo pasaria en ese trabajo? Renunciar no era la mejor opcion, ¿qué otro trabajo podría conseguir?, por ahora nada. Tenía que aguantar.
Pidió bajarse del bus, se sintió apretujada y el olor a cigarrillo del pasajero vecino la había rebotado. Se bajó de afán. El aire fresco le tocó la cara. Ahora veía las nubes, y los pequeños claros azules de cielo, mientras escuchaba su respiración. Depronto vio la cara de una mujer que gritaba, se le veía angustiada pero Irene no la escuchaba. Trato de moverse y vio el bumper de un carro blanco sumido, su billetera y uno de sus zapatos unos metros más lejos.
Fue entonces cuando empezó a gritar porque no escuchaba nada, porque nadie la escuchaba. Se sentó y trato de correr pero un dolor intenso en su pierna izquierda la hizo gritar mís fuerte. Irene lloraba y gritaba mientras veia sus manos pintadas de rojo sangre.
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